Nos acostumbramos a sentirnos cómodos, y no está mal, pero solo por un tiempo. Cuando esta comodidad se vuelve rutina comienzan nuestras continuas quejas de que queremos un cambio, de que queremos algo nuevo, pero te has preguntado ¿Qué hacemos por conseguirlo?
Si siempre vas al mismo sitio a tomar un café, cambia y ve al sitio que siempre te ha gustado, no importa que quede tres cuadras más lejos; los fines de semana te quedas en tu casa viendo una película solo (a), ve al cine no es un delito ir solo (a); desde hace tiempo quieres ir a la playa, pero si esperas por tus amigos te saldrán raíces, toma tu bolsito y ve a disfrutar de ese hermoso paisaje.
A veces esperar por los demás, el miedo a estar solo o simplemente no querer caminar más de la cuenta nos atan a una costumbre y vuelve nuestra vida aburrida y cada vez que hacemos cosas divertidas que salen de la rutina terminamos con una enorme sonrisa.
Entonces ¿porque no salimos todos los días de nuestra rutina y hacemos algo diferente y salimos de esa zona de confort de la cual nos hemos vuelto su esclavo, para ir en busca de nuestra sonrisa diaria y hacer que cada día valga?